Precauciones importantes
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Nunca se debe consumir puro, ya que es muy concentrado y puede irritar las mucosas.
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Siempre debe diluirse en aceite portador o agua antes de su uso.
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No se recomienda en embarazadas, lactantes o niños pequeños sin supervisión médica.
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Las personas alérgicas a las lamiáceas (como menta, albahaca o salvia) deben probarlo con precaución.
Cómo preparar aceite de orégano casero
Aunque se puede adquirir en tiendas naturistas, es posible preparar aceite de orégano en casa de manera sencilla y económica.
Ingredientes:
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2 cucharadas de hojas secas de orégano (también se pueden usar frescas, previamente lavadas y secadas).
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1 taza de aceite portador (puede ser aceite de oliva extra virgen, de almendras o de coco líquido).
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1 frasco de vidrio con tapa hermética.
Preparación paso a paso:
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Preparar el frasco: esteriliza el frasco de vidrio con agua caliente para evitar contaminación.
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Colocar las hojas de orégano: introduce las hojas secas en el frasco. Si usas frescas, asegúrate de que no tengan humedad para evitar hongos.
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Añadir el aceite portador: vierte el aceite elegido hasta cubrir completamente las hojas.
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Sellar y reposar: tapa el frasco y colócalo en un lugar cálido (puede ser cerca de una ventana soleada) durante 2 semanas.
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Agitar ocasionalmente: mueve suavemente el frasco cada dos días para que los compuestos se integren.
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Filtrar: pasado el tiempo, cuela el aceite con una gasa o colador fino y guárdalo en un frasco limpio y oscuro.
Conservación:
Guarda el aceite de orégano en un lugar fresco y oscuro. Puede durar de 6 meses a 1 año.
Modo de uso del aceite casero
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Para consumo interno: diluir 2 a 3 gotas en un vaso de agua o en una cucharadita de miel, máximo una vez al día durante una semana.
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Para la piel: mezclar 3 gotas de aceite de orégano con 1 cucharada de aceite portador y aplicar sobre el área afectada.
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Para vapor: añadir 5 gotas en agua caliente e inhalar el vapor por 5 minutos.
Conclusión
El aceite de orégano es un tesoro de la medicina natural. Sus propiedades antibacterianas, antifúngicas y antiinflamatorias lo convierten en un aliado contra infecciones, problemas digestivos, dolores musculares y enfermedades respiratorias. Prepararlo en casa es sencillo y garantiza un producto natural y efectivo.
No obstante, es importante recordar que este aceite es muy concentrado y debe usarse con precaución. Bien empleado, el aceite de orégano se convierte en un recurso natural que fortalece la salud y mejora el bienestar de forma integral.