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Preparar la Infusión: Pela y machaca ligeramente los dientes de ajo con el lado plano de un cuchillo para liberar sus jugos. Colócalos en un bol grande.
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Verter el Agua: Vierte el litro de agua caliente sobre los ajos. Tapa el bol y deja reposar entre 15 y 20 minutos para que se infusionen bien los compuestos del ajo.
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Remojar los Pies: Cuando la temperatura sea tolerable (tibia-caliente), sumerge los pies limpios en la infusión durante 20-30 minutos.
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Secar Muy Bien: Después del baño, seca tus pies meticulosamente, prestando especial atención a los espacios entre los dedos. Usa una toalla limpia y, si es posible, aplica un poco de aire frío del secador de pelo.
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Frecuencia: Repite este proceso una vez al día, preferiblemente por la noche, hasta que los síntomas desaparezcan (generalmente 1-2 semanas).
Opción 2: Aceite de Ajo Concentrado (Para aplicación directa y localizada)
Ideal para aplicar directamente en las zonas más afectadas, como entre los dedos.
Ingredientes:
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2-3 dientes de ajo frescos.
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2 cucharadas de un aceite portador (aceite de oliva, coco o almendras). El aceite de coco tiene propiedades antifúngicas adicionales.
Preparación y Uso:
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Triturar el Ajo: Pela y pica o tritura finamente los dientes de ajo hasta formar una pasta.
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Mezclar con el Aceite: Combina la pasta de ajo con el aceite portador en un frasco pequeño.
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Infusionar (Opcional): Puedes dejar la mezcla en un lugar oscuro durante 24 horas para que el aceite se impregne mejor de las propiedades del ajo. Después, cuela la mezcla para eliminar los trozos sólidos.
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Aplicar: Con un bastoncillo de algodón limpio, aplica el aceite directamente en las zonas afectadas por el hongo.
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Dejar Actuar: Deja que se absorba durante al menos 30 minutos. Para una mayor efectividad, puedes ponerte calcetines de algodón limpios y dejar actuar toda la noche.
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Lavar y Secar: Por la mañana, lava tus pies con agua tibia y sécalos extremadamente bien.
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Frecuencia: Aplica una vez al día.
