Desintoxica el organismo.
Favorece la limpieza del hígado y la eliminación de toxinas acumuladas.
Mejora la digestión.
El ajo equilibra la flora intestinal y la miel favorece la absorción de nutrientes.
Posee propiedades antioxidantes.
Combate el estrés oxidativo, ralentizando el envejecimiento celular.
Alivia los problemas respiratorios.
Es útil contra los resfriados, la gripe y la congestión nasal gracias a su efecto antimicrobiano.
Regula el azúcar en sangre.
El ajo mejora la sensibilidad a la insulina y la miel, en cantidades moderadas, proporciona energía sin picos de azúcar en sangre.
Reduce la inflamación.
Su acción antiinflamatoria es beneficiosa para problemas articulares como la artritis.
Ayuda a perder peso,
estimula el metabolismo y contribuye a controlar el apetito.
Mejora la salud de la piel.
La miel hidrata y el ajo combate las bacterias que causan el acné.
Propiedades del ajo y la miel