Ajo:
Rico en alicina, vitaminas del grupo B, vitamina C, manganeso y selenio. Su acción es antimicrobiana, antioxidante, antiinflamatoria y cardioprotectora.
Miel:
Contiene antioxidantes, enzimas, hierro, zinc, potasio y magnesio. Posee propiedades antibacterianas y ayuda a regenerar los tejidos.
Precauciones antes de consumir ajo y miel: Evite este remedio si es alérgico a alguno de los ingredientes.
No exceda la dosis recomendada para evitar irritación estomacal.
Consulte a su médico si está embarazada, en período de lactancia o si está tomando anticoagulantes.
Si padece gastritis o úlceras, consuma con precaución y observe la reacción de su cuerpo.
Consejos para maximizar los beneficios: Utilice miel orgánica y cruda para preservar sus enzimas y antioxidantes.
Elige ajo fresco en lugar de ajo procesado o en polvo.
Tómelo siempre con el estómago vacío, al menos 30 minutos antes del desayuno.
Complementa el tratamiento con una dieta equilibrada y una buena hidratación para maximizar los resultados.