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Infusión: La forma más común para disfrutar de sus beneficios digestivos y respiratorios.
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En la cocina: En ensaladas, postres, salsas y bebidas.
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Aceite esencial: Para aromaterapia, masajes y aplicaciones tópicas (siempre diluido).
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Inhalación de vapor: Para descongestionar.
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Romero:
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Infusión: Para la digestión y la memoria.
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En la cocina: Ideal para asados, guisos, patatas y adobos.
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Aceite esencial: En difusores para concentración o diluido para masajes y el cuero cabelludo.
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Baños de asiento: Añadir la infusión al agua del baño para un efecto relajante.
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⚠️ Precauciones
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Menta: No se recomienda en personas con reflujo gastroesofágico severo, ya que puede relajar el esfínter esofágico y empeorarlo. El aceite esencial de menta no debe ser usado en niños pequeños ni aplicado cerca de su nariz.
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Romero: En dosis altas (especialmente el aceite esencial), puede ser abortivo, por lo que debe evitarse durante el embarazo. Las personas con hipertensión, epilepsia o úlceras deben usarlo con moderación.
En resumen, tanto la menta como el romero son verdaderos regalos de la naturaleza. Incorporarlos a tu rutina diaria, ya sea en la comida, en una infusión o en la aromaterapia, puede aportarte un gran bienestar.