El cáncer de colon es una de esas enfermedades que muchas veces se desarrollan en silencio, sin dar señales claras hasta que ya ha avanzado. Por eso, es fundamental hablar del tema con naturalidad y, sobre todo, con información clara. A menudo pensamos que solo afecta a personas mayores, pero la realidad es que cada vez más jóvenes están siendo diagnosticados. La buena noticia es que, detectado a tiempo, tiene un alto porcentaje de curación.
El colon, también conocido como intestino grueso, forma parte del sistema digestivo y se encarga de procesar los alimentos que ya han pasado por el estómago y el intestino delgado. Su función es eliminar los desechos del cuerpo, pero cuando las células de su revestimiento comienzan a crecer de forma anormal, pueden formar pólipos que, con el tiempo, se convierten en cáncer.
Este tipo de cáncer puede comenzar sin causar síntomas notorios, pero el cuerpo sí da señales si prestamos atención. Reconocerlas a tiempo puede marcar la diferencia entre un tratamiento exitoso o una enfermedad avanzada. Veamos las principales manifestaciones y factores que pueden aumentar el riesgo.
1. Cambios en los hábitos intestinales
Uno de los primeros avisos del cuerpo es una alteración en la forma de evacuar. Algunas personas comienzan a sufrir estreñimiento persistente, mientras que otras tienen episodios de diarrea que no se relacionan con la comida. Si notas que tus hábitos intestinales cambian y se mantienen así por más de dos semanas, vale la pena acudir al médico.
2. Sangre en las heces
Es quizá una de las señales más alarmantes. Ver sangre al ir al baño puede deberse a varias causas, como hemorroides o fisuras, pero también puede ser un signo de que algo más serio está ocurriendo. La sangre del cáncer de colon suele mezclarse con las heces y puede ser de color oscuro o casi negra.
3. Dolor abdominal o sensación de hinchazón constante
El cáncer en el colon puede obstruir el paso de los desechos, generando gases, cólicos o una molesta sensación de pesadez. No es raro que algunas personas sientan que “no terminan de vaciarse” después de ir al baño. Este tipo de molestias, cuando se vuelven persistentes, no deben ignorarse.
4. Pérdida de peso sin explicación