4. Pérdida de peso sin explicación
Bajar de peso de manera repentina sin haber cambiado la dieta o el nivel de actividad física puede ser un síntoma de que el cuerpo está gastando energía luchando contra algo interno. En el caso del cáncer de colon, el organismo utiliza muchas de sus reservas tratando de defenderse del tumor.
5. Cansancio y debilidad constante
La pérdida de sangre por el colon puede generar anemia, y esta a su vez causa fatiga, palidez y falta de energía. Si notas que te sientes agotado sin motivo, con la piel más pálida y te falta el aire fácilmente, es recomendable realizar un análisis de sangre.
6. Náuseas, vómitos o falta de apetito
Cuando el cáncer avanza, puede afectar la forma en que el intestino maneja los desechos, generando una sensación constante de malestar estomacal. Algunas personas sienten repulsión por ciertos alimentos o simplemente pierden el apetito.
Ahora bien, más allá de los síntomas, es importante entender qué puede aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad.
Factores de riesgo más comunes
La edad es uno de los principales. A partir de los 50 años, el riesgo aumenta, aunque como mencionamos, cada vez hay más diagnósticos en personas jóvenes. La alimentación también influye mucho: las dietas ricas en carnes procesadas, grasas saturadas y pobres en fibra son un enemigo silencioso del colon.
El sedentarismo, el sobrepeso y el consumo excesivo de alcohol o tabaco también juegan un papel importante. Además, los antecedentes familiares no deben tomarse a la ligera. Si alguien cercano tuvo cáncer de colon o pólipos, es recomendable realizarse chequeos preventivos con regularidad.
La importancia de los chequeos y la detección temprana
El cáncer de colon no aparece de un día para otro. En la mayoría de los casos, comienza con la formación de pólipos, que son pequeños crecimientos en el revestimiento del colon. Detectarlos a tiempo y extirparlos evita que se conviertan en algo más grave.
Por eso, las colonoscopias son tan importantes. Aunque muchas personas le tienen miedo a este examen, la realidad es que puede salvar vidas. Es un procedimiento rápido, seguro y permite detectar incluso los problemas más pequeños antes de que se conviertan en cáncer.
Prevención: el mejor escudo