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Prepara las Cáscaras de Huevo: Lava muy bien los huevos (preferiblemente orgánicos). Rompe los huevos y usa su contenido para cocinar. Enjuaga las cáscaras y la membrana interior con agua, quitando cualquier resto de clara. Déjalas secar al sol o en un lugar cálido durante unas horas hasta que estén quebradizas.
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Tritura las Cáscaras: Una vez secas, muélelas en un molinillo de café, licuadora potente o con un mortero hasta obtener un polvo lo más fino posible. Este polvo es rico en carbonato de calcio y, lo que es más importante, en los componentes de la membrana.
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Mezcla los Ingredientes Secos: En un bol, mezcla el polvo de cáscara de huevo, la gelatina, la canela y la cúrcuma.
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Combina con el Vinagre de Manzana: Vierte la mezcla de ingredientes secos en un tarro de vidrio limpio y con tapa. Añade la taza de vinagre de manzana.
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Agita y Macera: Cierra bien el tarro y agita vigorosamente hasta que todos los ingredientes se integren. La reacción ácida del vinagre comenzará a descomponer los ingredientes y a extraer sus nutrientes.
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Reposo: Guarda la mezcla en un lugar fresco y oscuro (como una alacena) durante al menos 3-5 días. Agita el tarro una o dos veces al día. Este proceso de maceración es crucial para que el vinagre active y libere los nutrientes.
Modo de Uso y Dosis:
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No se toma puro. Debido a la acidez del vinagre, siempre debes diluirlo.
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Dosis: Agita bien el tarro. Toma 1 cucharada sopera de la mezcla y dilúyela en un vaso grande de agua (250 ml). Puedes añadir el jugo de limón fresco en este momento si no lo pusiste en la preparación inicial.
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Frecuencia: Tómalo una vez al día, preferiblemente en ayunas por la mañana para una mejor absorción, o 20 minutos antes de una comida principal.