4. Evita los enemigos del esmalte
Si realmente quieres mantener tus dientes blancos, no basta con usar remedios naturales; también hay que evitar lo que los mancha o daña. Bebidas como el café, el té negro, el vino tinto o los refrescos oscuros tienden a dejar residuos en el esmalte con el tiempo.
Un consejo práctico es enjuagarte la boca con agua después de consumirlos, o incluso usar una pajilla (popote) para reducir el contacto directo del líquido con los dientes. De esa manera, podrás seguir disfrutando de lo que te gusta sin sacrificar el color de tu sonrisa.
5. Cepíllate correctamente y no olvides el hilo dental
A veces el secreto no está en los productos, sino en la técnica. Cepillarse con movimientos suaves y circulares durante al menos dos minutos después de cada comida es esencial. También es importante usar un cepillo de cerdas suaves y cambiarlo cada tres meses.
El hilo dental es otro paso clave que muchos olvidan. Elimina restos de comida y bacterias que el cepillo no alcanza, previniendo así la formación de placa, sarro y caries.
6. Enjuagues naturales con agua oxigenada diluida
El agua oxigenada, usada con cuidado, puede actuar como un blanqueador suave y un desinfectante natural. Solo hay que mezclarla con agua en partes iguales y usarla como enjuague durante unos 30 segundos, sin tragarla.
Este método ayuda a reducir bacterias y aclarar el tono de los dientes gradualmente. Se recomienda hacerlo una o dos veces por semana para evitar irritaciones.
7. Alimentación: tu sonrisa también depende de lo que comes
La salud bucal comienza desde adentro. Consumir alimentos ricos en calcio, fósforo y vitamina D fortalece los dientes y el esmalte. Los lácteos, los vegetales de hoja verde, el pescado y las semillas son grandes aliados.
Por otro lado, frutas como la manzana, la zanahoria o el apio ayudan a limpiar los dientes de forma natural gracias a su textura crujiente. Además, estimulan la producción de saliva, que es el mejor protector natural contra las bacterias.
8. Evita el exceso de azúcar
No hay duda de que el azúcar es el principal enemigo de los dientes. Las bacterias de la boca se alimentan de ella y producen ácidos que dañan el esmalte, lo que abre la puerta a las caries.
Reducir los dulces procesados, las bebidas azucaradas y los snacks industriales no solo cuida tus dientes, sino también tu salud en general. Si comes algo dulce, procura cepillarte o enjuagarte la boca poco después.