Bañarse parece un acto sencillo y cotidiano. Sin embargo, a partir de cierta edad, este ritual puede volverse arriesgado si se realiza en el momento equivocado. Nuestro cuerpo cambia con el tiempo: la circulación se ralentiza, la presión arterial fluctúa y la regulación de la temperatura se vuelve más difícil. Entonces, ¿cuándo deberías evitar una ducha matutina? Aquí tienes lo que aconsejan los expertos en geriatría
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Muy temprano por la mañana:
un momento arriesgado.
Entre las 5 y las 8 de la mañana, el cuerpo apenas está despierto. La temperatura corporal aún es baja, la presión arterial puede ser inestable y el sistema nervioso no está completamente despierto.
Sumergirse repentinamente en agua caliente (o fría) a esta hora puede causar un choque térmico: el corazón se acelera, la respiración se altera y esto puede provocar mareos, pérdida del equilibrio o desmayos.
Por ello, los expertos recomiendan evitar esta franja horaria, sobre todo si vives solo o si ya has sufrido mareos.
¿Por qué el cuerpo reacciona de esta manera?
Durante la noche, el cuerpo se ralentiza para descansar. Al despertar, necesita tiempo para recuperar su actividad completa. Pasar bruscamente del reposo a la exposición al agua caliente altera este delicado equilibrio.
En las personas mayores, esta reacción puede verse agravada por: