Un placer puramente sensorial.
Además de todo lo demás, frotarse contra algo puede resultar simplemente placentero para el gato.
Zonas como la barbilla, las mejillas y la base de la cola son extremadamente sensibles, y el contacto contigo —especialmente si va acompañado de caricias— estimula la liberación de hormonas que producen bienestar.
Este momento crea un vínculo emocional entre tú y el animal, y ayuda a equilibrar su estado de ánimo. Es casi como un masaje felino, lleno de calma y cariño.
Durante el embarazo, el afecto aumenta.
Si tu gata está preñada, es natural que se vuelva más cariñosa y afectuosa.
Durante este período, muchas mujeres buscan más contacto físico y consuelo, frotándose con mayor frecuencia contra las personas de la casa.
Este comportamiento es una forma de buscar seguridad y crear un ambiente acogedor antes de que nazcan los cachorros.
Aunque cada gato tiene su propia personalidad, esta fase de dulzura y afecto es completamente normal.
En resumen: cuando tu gato se frota contra ti, te expresa amor, confianza, pertenencia y, a veces, simplemente el placer de estar cerca. Es un gesto lleno de significado y un cariñoso recordatorio de que eres una parte importante de su mundo.