Esta es la versión más común y efectiva de la receta.
Ingredientes:
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4-5 dientes de ajo grandes y frescos.
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1 trozo de jengibre (del tamaño de tu pulgar, aproximadamente 4-5 cm).
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4-5 limones orgánicos (es importante, ya que usaremos la cáscara).
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1 litro de agua purificada.
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200 - 250 gr de miel pura de abeja (opcional, pero recomendable para mejorar el sabor y por sus propiedades antibacterianas y calmantes).
Instrucciones:
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Limpieza: Lava muy bien el jengibre y los limones. Si no son orgánicos, sumérgelos unos minutos en agua con vinagre para eliminar pesticadas.
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Preparación:
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Pela los dientes de ajo.
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Corta el jengibre en rodajas finas (no es necesario pelarlo, la piel tiene nutrientes).
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Corta los limones en trozos pequeños, incluyendo la cáscara (es donde se concentran muchos de los flavonoides).
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Mezcla: Coloca el ajo, el jengibre y los trozos de limón en una licuadora. Añade un poco del agua y licúa hasta obtener una mezcla homogénea.
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Cocción: Vierte la mezcla en una olla, añade el resto del agua y la miel (si decides usarla). Lleva a fuego medio-bajo.
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Infusión: No dejes que hierva. Mantén la mezcla a fuego lento durante al menos 15-20 minutos, removiendo de vez en cuando. Si llega a hervir, apaga el fuego y deja reposar. El objetivo es infusionar los ingredientes sin destruir sus enzimas y nutrientes sensibles al calor.
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Filtrado: Retira la olla del fuego y deja que se enfríe un poco. Cuela la mezcla con un colador fino o una estameña, presionando bien para extraer todo el jugo.
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Almacenaje: Vierte el líquido resultante en un frasco de vidrio esterilizado con tapa. Guárdalo en el refrigerador.