Pero casi nadie mira sus semillas y sus propiedades curativas

A todos les encanta la papaya. Es suave, es dulce natural, es fácil de digerir, se siente “buena”. Pero casi nadie mira sus semillas. Muchos las botan directo al zafacón sin pensar. Y sin embargo, esas semillas son intensas: amargas, picantes, aromáticas. Las culturas antiguas las usaban en pequeñas cantidades para “despertar” el sistema digestivo. Yo no las veo como medicina milagrosa. Pero sí las veo como un ingrediente fuerte que se puede usar como apoyo digestivo ligero, en días donde quieres sentir tu estómago más activo y menos pesado.

La semilla de papaya no es para abusar. Es potente. No es para comer puños enteros. Se usa poquito. Media cucharadita o una cucharadita pequeña. Y si tú tienes gastritis, reflujo, úlcera, embarazo, o tomas medicinas delicadas: no hagas esto sin preguntar a un profesional.

Pero si eres una persona sana, y quieres hacer una semana “de enfoque digestivo suave”, puedes tomar las semillas como una herramienta más, dentro de un conjunto de hábitos simples.

cómo se puede usar:

— una cucharadita de semillas frescas
— molidas o machacadas
— mezcladas con 1 cucharadita de miel
— tomar con 2 tragos de agua
2 o 3 días a la semana, no diario.

el sabor te va a sorprender: pica. Ese picor es parte de su carácter.

lista de 7 opciones para acompañar esta idea (elige 2 o 3 para una semana)

tomar un vaso de agua al levantarte, antes de cualquier alimento.

cambiar jugos azucarados por agua o té suave.

agregar una fruta entera (con fibra) mínimo 1 vez al día.

caminar mínimo 15 minutos diarios.