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Angina de pecho: Dolor, opresión o presión en el pecho, que puede extenderse a hombros, brazos, cuello, mandíbula o espalda. A menudo se desencadena por esfuerzo físico o estrés emocional.
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Falta de aire (disnea): Sensación de no poder respirar profundamente, a menudo acompañando al dolor en el pecho.
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Fatiga extrema e inusual.
3. Señales de un Accidente Cerebrovascular (ACV) o Ataque Isquémico Transitorio (AIT)
Ocurren cuando se bloquea el flujo de sangre al cerebro.
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Entumecimiento o debilidad repentina en la cara, brazo o pierna, especialmente en un solo lado del cuerpo.
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Confusión o dificultad para hablar y entender el habla.
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Problemas repentinos de visión en uno o ambos ojos.
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Mareos intensos, pérdida de equilibrio o coordinación.
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Dolor de cabeza severo y repentino sin causa conocida.
4. Depósitos de Colesterol Visibles (Xantomas)
En algunos casos, el cuerpo puede almacenar el exceso de colesterol en la piel o tendones. Estos son signos claros de niveles muy altos y persistentes.
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Xantelasmas: Depósitos amarillentos y blandos de grasa en los párpados, cerca de la nariz.
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Xantomas: Bultos o nódulos amarillos o anaranjados en los codos, rodillas, nudillos o tendones (como el tendón de Aquiles).
La Paradoja: La Mayoría de las Veces No Hay Síntomas
El mensaje más importante es este: No puedes confiar en sentir síntomas para saber si tienes el colesterol alto. Muchas personas descubren que lo tienen tras un análisis de sangre de rutina o, en el peor de los casos, después de sufrir un infarto o un derrame cerebral.
Factores de Riesgo que Debes Conocer (Aquí está la Clave)
Como los síntomas son tardíos o ausentes, es vital evaluar tus factores de riesgo:
