aquí tienes una guía completa sobre cómo preparar un té de salvia, incluyendo sus beneficios, precauciones y métodos de preparación.
La salvia (Salvia officinalis) es una hierba aromática muy valorada no solo en la cocina, sino también en la medicina tradicional por sus propiedades digestivas, antiinflamatorias y para aliviar el dolor de garganta.
Receta Básica de Té de Salvia
Esta es la forma más común y sencilla de preparar una infusión de salvia.
Ingredientes:
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1 cucharadita de hojas de salvia fresca (o ½ cucharadita si son hojas secas)
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1 taza de agua (aprox. 250 ml)
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Endulzante al gusto (miel, stevia, azúcar) - Opcional
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Jugo de limón - Opcional, para realzar el sabor y añadir vitamina C
Método de Preparación:
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Calienta el agua: Pon el agua a calentar en un cazo o tetera. Llévala a ebullición y luego apaga el fuego. Es importante no dejar que el agua hierva vigorosamente sobre las hojas, ya que puede volver el té amargo.
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Prepara la salvia: Lava bien las hojas de salvia fresca (si las usas frescas). Colócalas en una taza o en una prensa francesa.
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Vierte y infusiona: Vierte el agua caliente sobre las hojas de salvia.
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Tapa y reposa: Tapa la taza para evitar que se escapen los aceites esenciales volátiles. Deja reposar entre 5 y 7 minutos.
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Menos tiempo (3-4 min): Sabor más suave y delicado.
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Más tiempo (hasta 10 min): Sabor más intenso, robusto y con propiedades medicinales más marcadas. Puede volverse ligeramente amargo.
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Cuela y endulza: Retira las hojas de salvia colando el té. Añade miel, limón o el endulzante de tu preferencia si lo deseas. La miel combina especialmente bien con el sabor terroso de la salvia.